Versailles no Bara / La Rosa de Versalles



 

La historia está ambientada en la Francia del XVIII. Al cumplir los catorce años, Oscar François de Jarjayes (Lady Oscar) se convierte en capitana de la Guardia Imperial y protectora de la nueva princesa de Francia, María Antonieta, y así su destino de ser testigo de las transformaciones sociales queda marcado. Al pasar los años, la princesa, ahora convertida en reina, conoce al conde sueco Hans Axel Von Fersen, en una fiesta de disfraces a la cual asiste sin permiso del rey, y casi sin darse cuenta inicia un amor que pasa a la historia. Al empezar los rumores sobre la amistad del conde y la reina, Lady Oscar le pide a Fersen que regrese a Suecia. Él se marcha, siempre pensando en el bien de la reina, y María Antonieta, en su tristeza y soledad, conoce a Lady de Polignac, quien la incita a jugar y apostar en casinos clandestinos, comenzando la reina a derrochar el dinero de los tributos del pueblo. Pasado el tiempo regresa Fersen, quien le recomienda que reduzca sus gastos y que no se deje llevar por Polignac, debido a los peligrosos rumores que corren en la corte. Sin embargo, dado que el amor entre ellos no ha muerto, Fersen parte a Norteamérica con el coronel Lafayette, buscando alejarse de ese amor que solamente puede causarles problemas..."



La serie de "Lady Oscar", como también se la conoce, marcó un antes y un después en el shojo manga, siendo coetánea a la archifamosa "Candy, Candy" (como podemos apreciar en el estilo del trazo).

Haciendo un poco de historia, podemos decir que esta serie manga/anime marcó un antes y un después porque, a partir de su difusión, hubo una serie de "síndrome de Lady Oscar", hasta tal punto que todos los otakus ahorraban para viajar a París y al Real Sitio de Versalles para contemplar con sus propios ojos los grandes salones y el esplendoroso mundo por el que Lady Oscar, Fersen, la Reina de Francia y André habían vivido y amado. Llegó hasta tal punto esta fiebre que los japoneses volvían con el llamado "síndrome de París", pues al llegar al Viejo Continente contemplaban con desilusión que la realidad era diferente a la que el manga les había pintado, hasta el punto de que algunos retornaban con auténticas depresiones de caballo, ansiosos por ver a sus amadas Oscar y Antonieta. 

Pero volvamos al manga...



CUIDADO!! SPOILER!!

CUIDADO!! SPOILER!!


Inicialmente, la protagonista indiscutible no iba a ser otra que la malograda María Antonieta, última reina de los franceses antes de que estallara la Revolución Francesa en 1789. Sin embargo, el personaje de Oscar, su fiel guardiana y comandante de la Guardia Real, fue cobrando tal protagonista que se convirtió en la auténtica protagonista y verdadera rosa de Versalles. Atrapada en la costumbre familiar y en los deseos de un padre que sacrificó la feminidad de su hija más joven por seguir la tradición militar de su apellido, Oscar se esconde tras una máscara de calculada frialdad para esconder las pasiones de su corazón de mujer. Observará angustiada la historia de amor entre Fersen y la reina, impotente por dar paso a sus propios sentimientos por ese fascinante conde sueco que parece haber derribado sus esquemas y ha hecho que su corazón lata con la fuerza y la pureza del primer amor.  Igualmente, Oscar tiene que lidiar con una personalidad que atrae por igual a hombres y a mujeres, que se disputan sus favores sin miramientos y a quienes no les importa esa dualidad. Junto a ella, su inseparable André, que se presenta como su mejor amigo de la infancia, el que custodia a la reina en la sombra y guarda  Oscar con tal celo que llega a enternecer. Él ama a su amiga en secreto, tratando de ocultarle su amor al descubrir la inclinación de Oscar por Fersen. El protagonismo de André aumentará a raíz del llamado "asunto del collar de la reina" y de un trágico accidente en el que perderá un ojo. Este será el punto de inflexión para André, el cual se dará cuenta que no puede ocultar más lo que siente por su amiga y le confesará sus sentimientos hasta dejarse llevar por la pasión y la rabia que siente por Fersen y casi estar a punto de abusar de Oscar (sin embargo, no llega a consumar la execrable acción, pudiendo más su amor que la pasión frenética).

En la Rosa de Versalles tenemos también el final más trágico que podemos ver en una serie: la decapitación de los reyes de Francia y la muerte de los personajes más queridos. También asistimos al ascenso de Robespierre, a la caída de madame du Barry y a la muerte del delfín Luis José de Francia a la tierna edad de 7 años.

Es una historia de amor, de intriga, en la que se ha cuidado con mimo la historicidad y la escenificación, especialmente en lo que respecta al Palacio de Versalles, donde casi parece que podamos caminar por sus galerías y jardines, escaparnos por sus salones y escuchar a través de cortinajes las intrigas de la corte.



Se nos pinta también a una Yolande Martine Gabrielle de Polignac bastante menos amable que en otras producciones cinematográficas (la más reciente, la de Rose Byrne en "Marie Antoinette" de Sophia Coppola). Presenciamos su acto de presencia, sus intrigas para conquistar el corazón de la reina y escalar posiciones en la Corte hasta tal punto de que era ella y no la princesa austriaca la auténtica regente de Versalles, otorgando cargos relevantes a sus familiares o deponiendo a aquellos que la contrariaban.


Eso sí, los malos son malísimos en exceso, hasta tal punto que son dibujados como tales, no quedando duda alguna de por dónde van a ir los tiros: Jeanne de Valois, La Mole, el conde de Orléans, madame du Barry... Cada vez que aparecen en pantalla, sabes que son malos malísimos hasta la médula y no pueden redimirse ni siquiera cuando Oscar les demuestra que el mal siempre pierde.


La integridad de Oscar es pasmosa, aunque también comete errores: es una persona que se equivoca, que sabe reconocer cuándo lo hace (aunque sea tarde) y trata de enmendar aquellas acciones que han derivado de su mal proceder. Es la imagen perfecta del militar, del caballero, si bien en eterna lucha contra la mujer que realmente es y de la que trata de renegar. Aun así, es de las pocas personas que acierta a ver la verdadera personalidad de María Antonieta, a la que su época tachó de verdadera causante de la Revolución cuando realmente vivía ajena a lo que realmente sucedía (como el resto de la nobleza), en su feudo de lujos. 


La reina también se presenta como una niña crecida demasiado rápido, una adolescente criada entre algodones que ha llegado a una corte extranjera para convertirse en la esposa de un hombre que no le atrae en lo más mínimo. Una chica que sueña con enamorarse y que, finalmente, encuentra el amor en alguien que no está predestinado para ella, pero que no duda en sacrificar su libertad y su derecho a formar una familia por permanecer cerca de ella. Tampoco se escapa el carácter frívolo y caprichoso de María Antonieta, quien cede a las lisonjas de aquellos que la circundan sin pensar en las consecuencias de sus decisiones. 

Pese a todo, también tiene un corazón noble y Oscar se convertirá en la verdadera voz de su conciencia, forjando una amistad que atravesará lagunas de tiempo y separaciones. 

Un punto en contra es la "rubificación" a la que han sometido a los personajes femeninos principales. Todas son rubias, incluso la Du Barry y madame de Polignac, de quienes se sabe que tenían los cabellos oscuros. Los hombres, por contra, lucen casi todos el cabello castaño o moreno (caso de André).

Aun así, "Lady Oscar" se trata de una historia de amor, desamor e intrigas políticas en toda regla que tiene como telón de fondo los últimos esplendores del Palacio de Versalles y los primeros ecos de la Revolución Francesa. La serie es la continua batalla entre lo que se es y lo que se pretende ser, entre las verdaderas pasiones y lo que se acepta como normal por el círculo versallesco. La historia de una jaula de oro, a fin de cuentas. El final no puede ser más trágico, como corresponde a una serie de este calado. Y también son espectaculares los finales y escenas dibujadas a lápiz.

Una historia a la que merece la pena dar una oportunidad y que arrancará risas, llantos y suspiros a partes iguales. Una joyita que se ha colado entre mis series favoritas y que os animo a descubrir si os apasiona Francia, Versalles y las historias de amor trágicas para llorar a moco tendido


CURIOSIDAD;

Se hizo un live action en los años 70 que aún pulula por internet así como una película animada, con bastante buena calidad, que resume los cuarenta capítulos de la serie original. Igualmente, se hizo una remasterización y nueva versión para pachinko (algunas de cuyas imágenes ilustran esta entrada).




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