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Mostrando entradas de 2019

Universo Menino: Apuntes sobre el personaje de Ana de Austria

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Quienes habéis leído "La Menina y el Mosquetero" , no dejáis de preguntarme por Ana de Austria. Os parece mentira que un personaje tan romántico como el que reflejó Dumas en sus inmortales "Mosqueteros" pueda parecer tan imperfecto a vuestros ojos, hasta el punto de pareceros odioso. Algunos, incluso, me decís,, que Aurora parece la única mujer culta e íntegra del libro, en detrimento de personajes como la propia Reina y su dama, Eugenie. Nada más lejos de la realidad. En el caso de Eugenie, no era muy infrecuente que las damas que ascendían a puestos elevados con malas artes procedieran de los más bajos fondos, no sabiendo leer o escribir. De hecho, leer y escribir no se consideraban actividades refinadas en las altas esferas. Se esperaba de la mujer que pudieran traer hijos al mundo, educarlos y servirles de guía a través de las buenas obras que toda mujer cristiana debe impulsar. Especialmente, desde el seno del hogar. Un caso muy claro es la de la am

Localizaciones de "El Mundo de la Menina": El Alcázar de Madrid

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Uno de los aspectos más difíciles para los escritores es tratar de recrear escenarios que ya no existen. Me explico: a lo largo de los siglos, escenarios que nos parece han estado siempre ahí, inmutables, tal como los conocemos, han experimentado sucesivas transformaciones. Versalles, en sus inicios, no era más que un pabellón de caza con fuentes insalubres; el Louvre fue aumentando en proporción, a medida que sus reales moradores iban sucediéndose en la Historia; incluso el Escorial fue mutando en cuanto a la disposición de los enterramientos. De sobras es conocido que Felipe II y Carlos V, inicialmente, debían ir enterrados bajo el altar mayor de la basílica y no en la cripta real que todos conocemos.  Así, una de las localizaciones que más me costó recrear en la novela "El Mosquetero del Alcázar" fue el extinto Alcázar de Madrid. La construcción se situaba donde hoy lo hace el versallesco Palacio de Oriente (y no lo llamo "versallesco" porque sí,

"La Candidata perfecta"

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Tras su deliciosa "Charlotte Beverly" , Andrea vuelve a deleitarnos con un romance de época, rescatando el universo de la campiña inglesa. Henry Crawford, soltero empedernido. ve llegado el momento de casarse. Dada su fama como donjuán y su conocimiento de las damas londinenses, cree que es una decisión que no puede tomar a la ligera. Para ello, decide confiar la tarea de buscar novia a la mejor casamentera que conoce: lady Audrey Morgan, una joven de veintiséis años especializada en emparejar a amigos y conocidos y considerada ya como una solterona por la sociedad de la época. ( N.A.: Ay, esa mentalidad tan retrógrada de pensar que cuando las mujeres alcanzamos la treintena ya no somos ni jóvenes, ni bonitas, y sólo valemos para cuidar sobrinos. O tempora, o mores!!). La primera opción de Audrey es la dulce lady Victoria Baltimore, una dulce, inteligente y bellísima joven de exquisita educación y gran cultura a sus espaldas. Al principio, parece que la cosa funci

"En tu lugar"... Yo me leería este libro ;)

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Normalmente, soy reticente a la lectura de la novela romántica pura y dura, excepto cuando combina la historia, lo auténtico, lo real, con el romance y la aventura. Ya hacía tiempo que tenía ganas de entrar en contacto con la obra de Christine Cross , una de las autoras del sello Selecta -PRH, con la que tengo el gusto de compartir editorial (aunque yo no le llego a los coturnos, todo sea dicho). "En tu lugar" es la primera obra que leo de esta autora que, pese a su juventud, tiene ya varias novelas a la venta. Nos encontramos en la Inglaterra victoriana (bueno, a decir verdad, el inicio sucede mucho antes).  La niñera Betty cuenta una preciosa leyenda a las niñas a las que cuida: la leyenda del hilo rojo, una curiosa historia japonesa según la cual cada uno estamos unidos desde el momento en que nacemos a la persona amada por un hilo invisible de color rojo que sólo se hace visible una vez encuentras al ser que ha sido destinado como tu compañero. Ambas niñas

"Charlotte Beverly": La esencia de Austen

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Las comparaciones, se dice, son odiosas. Cada escritor es único en su estilo, a pesar de que todos estemos influidos de algún modo por nuestro autor fetiche o idolatrado.  No es burdo señalar que a cada escritor nos ha marcado de uno u otro modo algún que otro escritor o escritora. En mi caso no negaré que me han marcado, entre otros, Umberto Eco ( "El nombre de la Rosa" ), Matilde Asensi ( "El último Catón" ) y Pérez-Reverte con su saga de Alatriste. En Andrea Muñoz Majárrez es innegable la influencia de Austen en su primera novela, "Charlotte Beverly" , lo cual no es malo en absoluto. Hay pocas autoras en las que he encontrado la sensibilidad de Andrea y su Charlotte, hasta el punto de empaparme del ambiente bucólico de Herfordshire y la campiña inglesa. Los bailes de salón, los corrillos, esa elegancia típicamente inglesa de la temporada de bailes, el qué dirán... Ese ambiente que Andrea ha reflejado tan bien y que me recuerda a la mejor Austen.

Del color azul y la flor de lis...

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Muchos me preguntáis, de cara a las novelas de "El Mundo de la Menina", el por qué de la preeminencia del color azul. Los mosqueteros, usando capas de color azul; la Reina Ana de Austria, haciendo acto de presencia por primera vez con un vestido en tonos azulados; la propia Aurora, haciendo uso del azul...  ¿Por qué tanto azul? ¿Acaso me he vuelto loca? La respuesta es muy simple: el azul era (y es)  el color oficial de los Borbones, iniciada por la dinastía de Hugo Capeto.  El primer Rey Borbón conocido, Enrique IV, rey de Francia y Navarra, combinó el color azul Borbón con las cadenas de Navarra en su escudo real. En el mismo, la flor de lis aparece sobre un campo azul. Es destacable la combinación de ambos elementos: la flor de lis y el color azul.  Como es bien sabido, en el lenguaje de las flores, el lirio es inmaculado, es la flor del primer amor o del amor puro. Eso sí, cada lirio, según su color, simboliza algo diferente: -Los blancos, el cora

Le Chevalier D´Eon: el anime

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Francia, siglo XVII, algunos años antes de la Revolución Francesa. Reina Luis XV. El joven aristócrata y militar, D´Eon de Beaumont, poco antes de acudir a la Corte de Versalles, recibe la noticia de que su querida hermana Lia ha sido descubierta flotando en las aguas del Sena. Muerta. Sobre la tapa de su ataúd, unas letras escritas en sangre: "Salmos". Angustiado, decide renunciar a todo, incluso a su posición y a su próximo matrimonio, para vengarla. Sus investigaciones, le llevarán a descubrir una secta que amenaza con destruir el Antiguo Régimen de París (y del resto de Europa) desde los bajos fondos y siguiendo los preceptos de la alquimia. Amor, espada, brujería, magia negra y... zombis ( WTF???).  Inicialmente, una historia con todos los ingredientes para enganchar al público y que, ya en su día, me enganchó (por cierto, "La Menina" la escribí antes de verla). Es una historia compleja que mezcla la historia en mayúsculas (la inclinación de

Le Chevalier D´Eon

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Esta entrada, más que ser literaria, tiene más visos de ser un ensayo histórico, producto de la visión de un anime que ví hace algunos años y que contaba la historia (con muchas licencias, todo hay que decirlo) de D´Eon de Beaumont. En esta ocasión, no voy a hablar  del anime, ni de las transformaciones pasmosas de d´Eon de Beaumont en Lía, ni de Robespierre rubio y ahora pelirrojo... (SPOILER!!!) (D´Eon de Beaumont hombre) Hoy voy a hablaros del Caballero d´Eon... REAL. Inicialmente, destacó como joven abogado entre los eruditos de su tiempo, aunque más tarde pasó a engrosas las listas de los agentes de espionaje de la Corte de Luis XV. Quizás, su misión más famosa es aquella en la que, ataviado como una hermosa joven (lo cual era bastante fácil, pues carecía de barba y sus atributos eran femeninos), viajó a la Corte de Rusia para entrevistarse secretamente con la zarina Isabel Petrovna (con el tiempo, se hicieron grandes amigas). En algunas misiones, actuaba como hombre;

Localizaciones: "El Mundo de la Menina"

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Muchos me preguntan si, para mis historias, viajo a los lugares en los que se desarrolla la historia. Mentiría si dijera que los sitios que visito no me han inspirado en mayor o menor medida para ello. En el caso de "La Menina del Louvre" ; o mejor dicho, de la bilogía de "La Menina y el Mosquetero", es innegable que para descubrir algunos entresijos tuve que viajar a París y, por supuesto, visitar el Louvre. No obstante y a diferencia de otros muchos Palacios de la geografía europea, actualmente el otrora Palacio del Louvre no conserva ningún trazo interno de aquellos tiempos, a excepción de la arquitectura y de ciertas pinturas que decoran algunas salas (la mayoría, de tiempos de Luis XIV, el Rey Sol, a quien el Louvre le parecía pequeño).  Tal vez el pabellón Richelieu, donde se encuentran los aposentos que un día ocuparon la última emperatriz de los franceses, Eugenia de Montijo (que, curiosamente, fue marquesa de Ardales), sean los únicos qu